Con el avance de la tecnología y la velocidad a la que quedan obsoletos los dispositivos nos encontramos que cada vez se generan más residuos electrónicos. Son productos que contienen elementos altamente contaminantes y que en muchas ocasiones no se reciclan correctamente.
Según la ONU, en 2018 el mundo generó 50 millones de toneladas de residuos tecnológicos. Aproximadamente esto equivale a 6,6 kilos de basura tecnológica por habitante.
Tipos de residuos electrónicos
Los residuos electrónicos o RAEE (Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) son aquellos desechos alimentados por electricidad o campos electromagnéticos que ya no funcionan. Se pueden clasificar en varias categorías, cada una con su método de reciclaje. Cada categoría exige una planta de reciclado y un proceso de manipulación concreto.
Las categorías en las que las podemos clasificar son:
- Aparatos de intercambio de temperatura.
- Monitores, pantallas y dispositivos con paneles superiores a 100 cm².
- Lámparas.
- Equipos de informática y telecomunicaciones pequeños.
- Grandes aparatos (más grandes de 50 cm).
- Pequeños aparatos (menos de 50 cm).
- Paneles fotovoltaicos grandes (más grandes de 50 cm).
¿Qué pasa cuando no reciclamos los residuos electrónicos?
Según el programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente, hasta el 90% de los residuos tecnológicos del mundo son desechados de manera ilegal. Esto es debido a la poca concienciación, el coste elevado de su reciclaje y eliminación.
En gran medida estos residuos electrónicos acaban introducidos de manera ilegal en países de África y Asia, donde en muchas ocasiones acaban abandonados en vertederos donde mucha gente los utiliza como método de subsistencia. Al ser productos electrónicos, son utilizados para recuperar el cobre y otros materiales de valor.
El problema con esta práctica es que muchos de los residuos electrónicos, aparte de contener materiales que se pueden reutilizar, también contienen otros que son cancerígenos, contaminantes y peligrosos para la gente que los manipula. Normalmente, las personas que gestionan estos residuos no cuentan con la protección adecuada y sufren problemas de salud generados por esta labor, además de la contaminación que generan los gases y humos que se desprenden de la manipulación.
¿Qué puedes hacer con tus residuos electrónicos?
Existen maneras de reciclar correctamente los residuos electrónicos, asegurándonos de causar el menor impacto en el medio ambiente posible. Un tratamiento profesional de estos productos asegurará que todos aquellos componentes contaminantes o que no son biodegradables sean tratados con la cautela que requieren.
Reciclar estos residuos es muy fácil y se puede hacer de forma gratuita acercándote a tu punto limpio más cercano. Allí serán tratados con cuidado, asegurándose que ningún elemento pueda acabar en el sitio equivocado.
Otras soluciones
La solución al problema de los residuos electrónicos no solo radica en su tratamiento. Actualmente, cada vez damos una vida más corta a estos dispositivos antes de cambiarlos por unos nuevos. Una manera de no solo generar menos residuos, sino también de reducir las emisiones contaminantes, es no realizar cambios constantes de este tipo de dispositivos.
Alargar la vida de estos productos es una manera de evitar crear tantos residuos, además de disminuir el ritmo de fabricación de estos.